Temporada: MAY - ENE
Creemos que nunca hubiésemos llegado a Santa Marianita si no nos hubiésemos cruzado y conocido a Maurito de @maulucarte en Lobitos, Perú. El destino nos cruzo en éste pueblo y terminamos compartiendo y recordando hasta hoy en día ese mate con torta fritas, ilusionando que se repita en algún momento. Eran principios de Septiembre donde nuestra Experiencia en Santa Marianita empezaba a latir.
Una pequeña reflexión que nos envió Maurito después de dos años.
Luego de buscar por un tiempo la escuela a la que queríamos llegar, siguiendo las instrucciones de Maurito, llegamos. Un terreno inmenso a la playa, con unas cabañas mirando al mar, una playa extensa por kilómetros y una VW T2 color naranja que usaban para moverse en las cercanías.
Estacionamos la Van en frente del Mar y pasamos tres semanas allí. Era la época de la ballena jorobada que viaja por la costa pacífica hacia el sur. Desde la costa se podía ver este espectáculo y desde el agua se podía escuchar su silbido suave y homogéneo que te hace viajar con ellas.
NUESTRO CAMINO CON EL KITESURF
Aprendimos muchísimo de esta experiencia, conocimos más del kite, su técnica, empezamos a practicar strapless por primera vez y empezamos a entender que esas casualidades que van sucediendo son porque uno las va buscando consciente o inconscientemente. En nuestro caso, fueron totalmente inconscientes, hasta que a medida que la experiencia del viaje fue avanzando empezamos a entender que por algún motivo, nos iba tocando lo que íbamos buscando.
Habernos cruzado con Mauro y por medio de él hayamos llegado a lo de Blado quien nos recibió como uno amigo de toda la vida fue algo realmente increíble. Como bonus-track conocimos a Robert quién fue por unos días allí y por suerte coincidieron con los nuestros. En su historia con el Kitesurf, dio sus primeros pasos en Calima creando la primer escuela allí. El camino con el viento se iba trazando y ahí supimos que nuestro próximo spot ese iba a ser.
LA VIVENCIA EN EL SPOT
Había pasado mas de un mes sin navegar cuando llegamos a Santa Marianita. Un paisaje amplio, semi-desértico y con el sonido del short-break constante. El viento aparecía tímido por la mañana donde veíamos como desaparecían con los folios en el horizonte y tomaba fuerza después del mediodía donde inflábamos el 10 y 12 metros para entrar al agua.
Aparecieron algunos alumnos y sin dudarlo me dieron la confianza para poder darle las clases mientras Oli vendía sus fotos profesionales y editadas a todo aquel que entraba por su sesión.
Aprovechamos para cumplir con todos los compromisos que teníamos con las marcas que nos apoyaron en la aventura cosa que hacíamos cuando frenábamos en este tipo de spots donde podamos trabajar, despreocupándonos por la seguridad de la Van y nuestra perra Perica quien paseaba muy segura por un lugar que ya tomaba como propio.
Sin lugar a dudas nuestra Experiencia en Santa Marianita fue un puntapié muy claro en nuestro camino con el Kitesurf que comenzaba a desenvolverse país a país.
Si queres conocer todas las características que un kiter necesita saber de un Spot no te pierdas Kitesurf en Santa Marianita, Ecuador.