Ésta ONG surge como iniciativa de contención a todas esas personas que quieren empezar en el maravilloso camino del kitesurf y necesitan un espacio para poder ser acompañados y cuidados.

Marquitos
Marquitos, hijo de Ale, primer alumno que tuve en Uruguay, país en el que decidimos quedarnos y plantar bandera para ir encontrando distintos desafíos, encararlos y poder darle nuestra impronta personal.
Marqui tiene 10 años y su única posibilidad de movilización es con muletas. Al enterarme de quien era, no dude en proponerle a Ale que lo traiga en su próxima clase para que pueda experimentar de que se trataba el Kitesurf.
Cuando lo fui a recibir al auto, me dijo: “Vos me vas a enseñar Kitesurf?”